Conocemos
la desintegración de las cosas:
el desplome de todos los caballos
dentro del ritmo del tiempo;
la ceniza de los días
y toda esta luz del cielo;
todas las sombras.
Compartimos
sueños y desvelos,
las mismas alegrías y
los mismos duelos;
los mismos miedos.
El mismo barco
en
distinto puerto.